Mi partido

Nunca un partido de fútbol despertó en mí tanta expectación como el del próximo domingo en La Línea, mi pueblo. Donde me crié, donde tengo casa, donde residen mis amigos, mi familia y donde profesionalmente me curtí. Este fin de semana juega allí el Cádiz. Lo hace de visitante y como aplastante líder del Grupo IV de Segunda B. Podría ser un partido más, pero para mi no lo será, es imposible que lo sea. Tal vez las visitas al Camp Nou, Bernabéu o incluso Chapín el día del ascenso a Primera fueron especiales, pero lo fueron por la repercusión, por el momento, por todo, pero para mi no era “mi partido”. Nunca soñé con esto. Y se dará el domingo. Era impensable y al final se ha dado. Paradojas del destino. Mi equipo, al que vi bajar a Tercera División una tarde de verano de Mayo del 2002, en Mallorca ante el filial, vuelvo a verlo en Segunda B, pero yo lo viviré como rival. Impensable. Nunca lo quise, jamás se tenía que haber dado. Yo voy con la Balona. Así de rotundo, todo lo contrario sería de hipócrita y con maldad. No puedo renegar de un club que profesionalmente me dio muchas cosas y que, se quiera o no, gracias a él, uno en lo profesional prospera y se curte. La Balona necesita los puntos y ojalá los consiga, aunque de cara al oyente que ponga Cope Cádiz este domingo, no lo note, trataré de que no se note, aunque los sentimientos se encontrarán y chocarán. El Cádiz va lanzado, es el favorito y fuera de casa está invicto. Todo hace que ganará, que conseguirá acabar el año con victoria. Juegan el primero contra el último, pero los albinegros quieren ganar y repito, ojalá lo consigan. Es mi sentimiento, esa liga no es del Cádiz, ni la Balona juega la del Cádiz, están en otras guerras. Se que al llegar me veré raro, nunca incómodo, vuelvo a mi casa, hice muchos partidos desde esas cabinas, pero en la que me pondrán, en la opuesta a la que solía ponerme, me veré raro, pero esto es así. Que pase ya...